Estación de tren Elx Parc

Estación de tren de Elche

La estación de tren de Elche, conocida como Elche-Parque, se encuentra en la avenida del Ferrocarril Este, a pocos pasos de El Palmeral. La estación cercana al parque municipal de la ciudad posee una estructura moderna fruto de una renovación llevada a cabo en 2009 debido al mal estado del edificio. Por sus dos vías circulan diariamente los trenes de cercanías de la línea C1 que te dejarán en Alicante y Murcia en media hora y una hora respectivamente. Una combinación de trenes media distancia y AVE te llevarán a Madrid en 4 horas y media. Desde la estación se puede llegar al casco antiguo en un paseo de ocho minutos o mediante la línea R de autobuses urbanos. El municipio cuenta con otra estación de ferrocarril conocida como Elche- Carrús que opera en la parte oeste de la ciudad.

Atracciones principales cerca de la estación de tren Elche

Al salir de la estación de tren de Elche, tras caminar unos cinco minutos, encontrarás El Palmeral, un parque que alberga 200.000 palmeras censadas y que lo convierte en el más grande y mejor conservado de Europa. Junto con la obra dramático-religiosa del Misteri d’Elx, es considerado patrimonio de la humanidad. A pocos pasos y a un lado del río Vinalopó, se ubica el parque municipal, el verdadero pulmón de la ciudad y un lugar magnífico para pasear y relajarse entre fuentes de agua de inspiración árabe. Desde aquí, llegarás en tres minutos al Palacio de Altamira, sede del Museo Arqueológico y de Historia de Elche. El centro alberga piezas que representan las diferentes civilizaciones que se han sucedido en la ciudad, desde el época romana hasta el periodo musulmán. Además, fue hogar de forma temporal de la conocida escultura íbera La dama de Elche, que hoy en día se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Tras estas visitas, encamínate hacia el casco antiguo de Elche, cerca de la basílica de Santa María, para saciar el hambre con algunos platos típicos de la provincia alicantina. El arroz con conejo y el marisco no faltan en ninguna mesa ilicitana a la hora de comer. De postre, nada mejor que unos dátiles o unas granadas, clara herencia árabe. Tras comprar algunos recuerdos de la ciudad, podrás volver paseando hacia la estación de tren ya que se encuentra a tan sólo diez minutos de la basílica.